A todos aquellos que nos declaramos fanáticos de este bello y completo deporte y disponemos de tiempo para su práctica diaria, nos preocupa conseguir y mantener el necesario nivel de forma física que permita en el transcurso de nuestras cada vez más largas y continuadas salidas gozar de la belleza que la madre naturaleza pone ante nuestros ojos sin la turbidez del velo de un angustioso jadeo cuando nuestro sendero acentúa su pendiente, ni el pesado lastre de unas piernas que parecen de plomo apenas recorrido un cierto trecho.
Aunque una larga experiencia en la práctica intensiva de todo tipo de deportes aeróbicos me ha enseñado a "sentir" en cada momento mi estado de forma física, esto no acostumbra a resultar tan fácil para los no habituados, a quienes siempre recomiendo aprendan a controlar su capacidad aeróbica a través del conocimiento de las pulsaciones/minuto que conforman su frecuencia cardiaca en reposo tomándosela durante varios días al despertar y antes de levantarse de la cama para poder compararla con la que resulte tras el descanso de cualquier dia en que se haya desarrollado una actividad esforzada, pues si hubiera variado al alza de forma significativa, sería signo inequívoco de que el organismo todavía no ha asimilado el esfuerzo realizado y la recuperación ha sido incompleta.
Si bien es evidente que la forma física se consigue simplemente absorbiendo más ejercicio, también es cierto que existen muchos factores, ajenos a aquellos específicos que son propios de cada técnica de caminar, cuya observancia ayuda a que se alcance con mayor rapidez y entre los que citaré los siguientes:
- Cuidar la alimentación evitando las comidas copiosas por medio del incremento de ingestas diarias.
- Respetar la fase de calentamiento previa y en cualquier caso nunca subestimar la práctica de estiramientos post-ejercicio.
- En el transcurso de cada salida alternar el paso estándard con otro ritmo más vivo elevando varias veces la frecuencia cardiaca hasta aproximarse al máximo personal recomendado de pulsaciones por minuto (220 menos la edad) vigilando el tiempo de recuperación que nunca ha de ser prolongado.
- Acostumbrarse a circular en cada salida por terrenos de variada índole (hierba, arena, tierra, roca, cemento, etc) y en el caso de no ser posible alternar salidas específicas en cada uno de ellos para fortalecer tobillos y tendones del tren inferior.
- Evitar el reposo absoluto tras cada salida diaria entrenando en lo posible dentro de las mismas 24 horas actividades complementarias que potencien la musculatura menos utilizada, como ejercicios específicos de fortalecimiento abdominal en escalera o esterilla, remo escandinavo para hombros y espalda o natación en piscina en la modalidad de crawl y en sesiones entre 500 y 1.500 metros a ritmo suave para tonificar todo el tren superior y relajar las pìernas.
Todo ello es más que suficiente para obtener en breve plazo una puesta a punto óptima de nuestro cuerpo ante cualquier exigencia que nos plantee la marcha nórdica, pues una constante y variada actividad es el mejor aliado del deportista y aquello que más aleja al temido fantasma de las lesiones.
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